Algunos antibióticos pueden ser perjudiciales en pacientes con infarto cerebral agudo
Entre el 21 y el 65% de los pacientes que sufren un infarto cerebral o ictus tienen una infección en los 7 días posteriores. Dicha complicación incrementa la mortalidad de estos individuos, empeora su recuperación y aumenta el riesgo que vuelvan a sufrir un infarto cerebral durante los 3 primeros días del proceso infeccioso. Las actuales guías terapéuticas recomiendan un seguimiento exhaustivo del paciente para diagnosticar de forma precoz las infecciones y comenzar el tratamiento lo más rápido posible. Investigadores de l'Institut D'Investigacions Biomèdiques August Pi Sunyer (IDIBAPS), con el Dr. Ángel Chamorro del equipo Isquemia Cerebral y médico del Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona al frente, llevaron a cabo un estudio pionero para determinar si la profilaxis con el antibiótico Levofloxacina en pacientes con infarto cerebral reducía la incidencia de futuras infecciones y mejoraba su recuperación. Los resultados se han publicado recientemente en la revista Stroke>/i> (36(7):1495-500) y no fueron los esperados.
El estudio, llamado ESPIAS (The Early Systemic Prophylaxis of Infection After Stroke Study), era el primero de estas características que se realizaba en todo el mundo. Se suspendió prematuramente porque los datos obtenidos con los primeros 130 individuos demostraban que el tratamiento con el antibiótico no sólo no prevenía futuras infecciones, sino que reducía de forma significativa las posibilidades de recuperación de los pacientes. Los resultados son relevantes porque este fármaco es uno de los de referencia en caso de infección en individuos con ictus. El ESPIAS era un ensayo clínico doble ciego aleatorio en el que tenían que participar 240 pacientes que hubiesen sufrido un infarto cerebral. Hasta el momento de la suspensión, 66 pacientes habían recibido la medicación y 64 placebo (suero fisiológico). El análisis de los primeros resultados determinó que el porcentaje de pacientes que habían sufrido una infección en la primera semana después del ictus era similar en los dos grupos: un 18.2% del grupo al que se había administrado el tratamiento frente el 17.2% de los pacientes que no lo habían recibido. También se demostró que la administración del antibiótico estaba relacionado con un índice de recuperación menor del paciente en fases posteriores.
Hasta ahora, el antibiótico había demostrado ser muy seguro y no tener efectos secundarios relevantes. A pesar de esto, los responsables del estudio afirman que nunca se había estudiado en pacientes de estas características y que se tendrían que hacer nuevas investigaciones para comprobar su idoneidad (y la de otros antibióticos) en personas con esta patología. Los resultados observados abren un debate sobre el uso de los antibióticos en pacientes que sufran alguna patología cerebral ya que podría ser contraproducente. Los datos que manejan los investigadores apuntan a que el fármaco estudiado, a pesar de su actividad antibiótica, puede ser negativa en pacientes con lesiones cerebrales porque modifica los niveles de los neurotransmisores Glutamato y GABA. Estas sustancias participan, entre otras, en la plasticidad neuronal y en la capacidad de estas células de reconectarse entre ellas después de haber sufrido un daño, como en el caso del ictus. Una alteración de los neurotransmisores podría afectar la recuperación de las funciones cerebrales. Aunque este último resultado es preliminar, i por lo tanto, se debe tomar con cautela, los investigadores aconsejan nuevas investigaciones con este fármaco. Estas recomendaciones se tendrían que aplicar a otros antibióticos que también se usan en infecciones en enfermos con ictus y otras patologías que afectan el cerebro, como el Alzheimer y el Traumatismo Craneoencefálico.
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