1. Haciendo ejercicio para mejorar la circulación de la sangre en todo el organismo.Si las arterias y venas funcionan bien, hay menos posibilidad de ictus.
2 . Cuidando la alimentación, con lo que controlamos, al mismo tiempo, los factores como la hipertensión ( eliminando la sal y el alcohol ); el colesterol elevado ( consumiendo más grasas " buenas " y menos grasas saturadas ); el azúcar alto ( aumentando los hidratos de carbono ) y el sobrepeso ( reduciendo las calorías ).
Es importantísimo avisar de inmediato a un servicio médico en cuanto observamos que una persona está teniendo un ictus , porque si los médicos actúan en los primeros momentos hay más probabilidad de que la persona salve la vida y tenga menos secuelas, como la parálisis.
Un infarto cerebral puede suponer para las personas que lo padecen grandes limitaciones y cambios en su vida . Por este motivo, es muy determinante el apoyo de familiares y allegados a la hora de animarles a mantener una actitud activa y positiva, centrada en los pequeños progresos que se consigan día a día.
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